Enrique Carrier, fundador de Enrique Carrier & Asociados, dio una mirada al ecosistema TIC en Argentina quien graficó con indicadores el escenario de la industria, en que destacó que en los últimos años el sector invirtió USD 20 mil millones (un promedio de USD 5 millones por día en este período), entre proveedores de TV paga (9,6 millones de accesos), ISP (9,5 millones de clientes) y operadores de telefonía móvil (54,7 millones de usuarios) y fija (7,3 millones). Esto ha generado que la industria TIC aporte el 2,7% del PBI del país.
Indicó que el acceso a Internet sigue siendo la el driver de crecimiento de la industria con un crecimiento constante anual del 6,4% de 20145 a 2020, a la que además se le agregó más velocidad con un promedio de alrededor de 43 Mbps. En cuanto a tecnología del servicio, el cablemódem sigue dominando con un 58% (+25% entre 2018-2020), seguida por ADSL con un 24% pero en pleno retroceso (-33% en 2018-2020). La fibra óptica cierra el podio con un 14% de penetración pero con un incremento del +238% en los últimos tres años.
Carrier indicó que las exportaciones de servicios basados en el conocimiento (industria creativa, servicios empresariales e informáticos y salud, entre otros) representan el 8% del total de exportaciones de Argentina, sumando más de USD 6 mil millones.
La pandemia tuvo un gran impacto n el sector fue en la adopción de nuevos hábitos digitales, con usos más intensos y recurrentes. Esto repercutió en las redes con un aumento de banda ancha de downstream de +50% y upstream de +230% en los primeros 60 días después de declarada la pandemia; mientras los datos móviles también tuvieron un crecimiento de tráfico +20% y voz en +70%, al igual que en el tráfico internacional +50% y servicios en la nube +45%.
“Esto demostró la centralidad de las telecomunicaciones en la sociedad moderna que trajo consigo una mayor demanda digital por servicios, dispositivos y aplicaciones. Esto provocó que se pronuncie más la brecha digital”, comentó Carrier y, por eso, el Gobierno estableció a los servicios TIC como públicos, que tuvo como impacto un marco jurídico preexistente y sin libertad de precios.
“La declaración de servicio público terminó siendo un subsidio a la demanda financiada por los operadores, que restará inversiones como sucede actualmente”, señaló. Esto genera desafíos a nivel de conectividad ante un escenario en que Argentina es el octavo país en extensión y una población que está distribuida regularmente en un territorio extenso con diversos tipos de penetración.
Para ello se necesitan una inversión en la expansión de fibra óptica, que tuvo un fuerte retroceso y desaceleración en el último año por las políticas gubernamentales y la pandemia, al pasar de un crecimiento del 143% en 2019 al 39% en 2020. “Para fomentar inversiones hay que reducir costos en la red, a través de homogeneizar requisitos para el despliegue en todo el país e incentivos a quienes respeten requisitos; eliminar regulación de precios, ya que la competencia propicia los precios y productos más adecuados”, indicó Carrier, y agregó que se debe disminuir la carga fiscal de los servicios, que alcanza a 28% al 34% del precio de servicios TIC.
Sin embargo, ante este panorama, el consultor concluyó que la industria TIC tuvo un buen desempeño operando como servicio en competencia, mientras las intervenciones regulatorias atentaron contra el proceso de desarrollo en lugar de incentivarlo. Por eso abogó que es necesaria la participación del Estado generando condiciones que propicien las cuantiosas inversiones necesarias.
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